sábado, 12 de enero de 2008

Chistes y susceptibilidades


Hace meses oí por la radio este chiste:

-¿Sabes que hace un catalán cuando tiene frío?
-Se acerca a la estufa.
-¿Y si sigue teniendo frío?
-La enciende.

Aunque tengo mis dudas sobre el afán ahorrativo del catalán en la actualidad, debo admitir que el chiste, construido sobre la base del "pensamiento lateral", es gracioso.

En Argentina abundan los chistes sobre españoles -"gallegos" nos llaman-, incluso libros al respecto. Todos ellos hacen hincapié en la falta de inteligencia y, a veces, sobre cierta rudeza.

Un español entra en una tienda de electrodomésticos de Buenos Aires y dice:
-Deme este televisor.
-Lo siento, no vendemos a gallegos.
Al día siguiente, se disfraza de italiano y, con acento fingido, vuelve a pedir el televisor.
-Lo siento, no vendemos a gallegos.
Entonces se disfraza de ruso, insiste y obtiene la misma negativa.
-Disculpe, ¿cómo sabe siempre que soy español?
-Porque lo que usted quiere llevarse no es un televisor, es un microondas.

En un programa de televisión escuché chistes de argentinos contados por dos argentinos. He hecho un barrido por internet y he detectado que unos veinte aparecen siempre y cuando asoman, si es en un foro, no pocos argentinos se enfadan, mientras que, curiosamente, otros dicen que en realidad lo que reflejan es el carácter del bonaerense, que difiere mucho del resto de argentinos.

Unos chistes destacan actitudes egocéntricas, junto con una autoestima desmesurada:

Un argentino estaba sentado debajo de un naranjo y dijo:
- ¡Dios, dame una naranja!
En ese mismo momento una naranja cayó en su mano.
- ¡Pelada, boludo, pelaaada!

-¿Por qué un argentino mira al cielo y sonríe cuando relampaguea?
- Porque cree que Dios le está fotografiando.

-¿Cómo se suicidan los argentinos?
- Tirándose desde lo mas alto de su ego.

-¿Que es el ego?
- Es el argentinito que todos llevamos dentro.

-¿Cuál es el juguete favorito de los argentinos?
-El yo-yo.

-¿Qué es la infidelidad para un argentino?
–Dejar de mirarse al espejo.

Un argentino estaba viendo Buenos Aires desde un mirador, en ese momento se le acerca un amigo y le pregunta:
- Che, ¿qué estás haciendo?
-Estoy observando como se desenvuelve la ciudad sin mí.

Se encontraban dos Argentinos discutiendo:
-Che, te digo que yo soy el hijo de Dios!
-No, no, no, mira... El hijo de Dios soy yo.
-Pero... ¿cómo? ¿Vos estás loco? ¡Si el hijo de Dios soy yo!
Y siguieron así por un buen rato hasta que pasó otro argentino, al que le preguntaron:
-Mira, tenemos un dilema: él dice que es el hijo de Dios, pero no, porque el hijo de Dios soy yo. Vos ¿qué dices?
A lo que el otro Argentino respondió:
-¡Che... Pero no me jodas... Yo no tengo hijos!

Otros, ponen en evidencia una excesiva valoración de su conducta sexual:

-¡Mamá, me violó un argentino!
-¿Cómo sabés que era argentino?
-Porque me hizo darle las gracias.

Un porteño va a una farmacia de turno:
-Che pibe, ¿me das 40 condones ?
El vendedor abre un cajoncito y cuenta:
- ...33, 34, 35. Lo siento señor, sólo me quedan 35.
-¡Ya me arruinaste la noche!

Están hablando un chileno y un argentino:
-Oye, tengo un cuadro de Jesucristo atrás de mí cama y cuando hago el amor, Jesucristo aplaude.
Y dice el argentino:
-Pues mira... yo tengo un cuadro de la cena de los apóstoles.-
Oye, no me digas que te aplauden.
-Pues no, ¡Me hacen la ola!

Un argentino se encuentra haciendo el amor con su novia, cuando ella dice:
-¡Ay! dios mio!
Y él responde:
-Esteee... en la intimidad me podes llamar Óscar.

Un argentino conduce un autobús. Se sube una chica y le pregunta:
-¿Llega al Metro?
Y el argentino responde:
-Al metro no pero vas a gozar, eso te lo aseguro.

Algunos ponen de relieve una gran capacidad para la fabulación, como por ejemplo:

-¿Cuál es la mejor universidad del mundo?
-Aerolíneas Argentinas.
-¿Por qué?
-Porque en Argentina son camareros, cajeros de banco o secretarias y cuando bajan del avión son directores de cine, profesores de literatura o psicoanalistas.

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